El 20 de diciembre, último domingo de Adviento, hemos tenido un encuentro familiar en la parroquia de San Juan de los Reyes, donde los jóvenes de la Pastoral Juvenil junto con sus familias se han reunido para celebrar al que en unos días nacerá, y como el que espera invitados en casa y prepara su casa o adorna la mesa, también nosotros hemos adornado el templo poniendo el árbol de Navidad entre todos.

Cada grupo de catequesis ha querido ofrecer al niño Jesús que va a nacer lo mejor que tiene de ellos mismos, regalos como la alegría, la entrega, el servicio o sus talentos. Porque un regalo no tiene otro sentido que el de la entrega personal. Por otro lado, cada familia ha colgado su adorno navideño, adornos que simbolizaban compromisos familiares, buenas acciones que se han propuesto para cumplir a lo largo de este año. Y por último, se ha colocado lo más importante, lo que nos ayuda a cumplir esos compromisos que hemos colgado, lo que condujo a los Reyes de Oriente, la fe que debe guiar la vida de todo cristiano, la estrella y luz de Cristo que corona todo árbol y nos ilumina en nuestros caminos.

De esta forma, hemos entendido que la Navidad es un tiempo de gestación de proyectos de esperanza, de amor y justicia y que el mejor regalo que podemos hacer estas navidades es darnos a nosotros mismos.

#hazloposible #regalate

María Cogolludo